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lunes, 26 de enero de 2015

Autores y obras más representativos del Romanticismo Español del Siglo XIX

Generalidades

1º Mitad del siglo XIX


La literatura castellana se libera de las normas neoclásicas, se enriquece con el
retorno de nuestros exiliados que traen nuevas ideas, y se moderniza hasta el
punto de que resulta de una expresión casi actual. La poesía es el género  más
característico de este periodo.



Autores y Obras


Mariano José de Lara (1809-1837)

Representa la prosa romántica, con el pseudónimo "Fígaro", que popularizó en los
periódicos, aunque también escribió algunas poesías satíricas o de circunstancias.
Antecede a la generación del 98 en cuanto a su visión pesimista y dolorida de España.
Criticó la organización del Estado, a los políticos reaccionarios, y muchos usos y costumbres de la sociedad y de la familia tradicional española.

Larra escribe artículos periodísticos: de costumbres, de política y de crítica literaria.
Títulos como: El castellano viejo, o Vuelva usted mañana.
El doncel de don Enrique el Doliente es una novela histórica situada en la Edad Media.
Macías es una obra de teatro donde se puede ver la rebeldía del románticismo.


Ramón de Mesonero Romanos (1803-1882)

Sus artículos periodísticos los firmó con el pseudónimo  de "El Curioso Parlante". Fueron
recogidos en los libros Panorama matritense y Escenas matritences. Da una  visión más
cordial del Madrid de la época, que la de Larra.


Serafin Estébanez Calderón  (1799-1867)

Este malagueño usó el pseudónimo de "El Solitario" para firmar sus Escenas andaluzas,
coloristas estampas de costumbres atravesadas de personajes populares, como toreros,
flamencos y bailaores.


José de Espronceda (1808-1842)

El pirata, el mendigo, el condenado a muerte, el verdugo... son los protagonistas de sus
primeros poemas románticos. A través de ellos arremete contra la sociedad, por su
conservadurismo o su indiferencia ante el dolor de los demás.
En El estudiante de Salamanca, Espronceda, a lo largo de casi dos mil versos, nos narra
los crimenes y maldades de Félix  de Montemar. Se trata talvez del mejor poema narrativo del siglo XIX. De su obra El diablo mundo resalta la famosa elegía a su amada
Teresa "Canto a Teresa". En estos versos desahoga su corazón este espíritu anárquico,
generoso y exaltado.


Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870)


Bécquer,igual que Rosalía de Castro, son posteriores en el tiempo a los autores románticos.
Los dos nacen casi coincidiendo  con la muerte de Larra. Se les suele llamar románticos
tardíos. Bécquer escribió en prosa un conjunto de veintiocho relatos titulados Leyendas,
con orientación misteriosa y sobrenatural, como Maese Pérez el organista, El Cristo de la
Calavera, o temas costumbristas, otras como La venta de los gatos.También en prosa
están sus Cartas desde mi celda,Rimas fue obra poética más importante.



Rosalía de Castro (1837-1885)

Poetisa gallega, que instalada en Madrid, nos habla con añoranza de su tierra natal en sus
Cantares Gallegos. Más tarde, sus sentimientos serán de dolor y desengaño en Follas novas
(Hojas Nuevas). El más puro intimismo, romántico y atormentado, encuentra su máxima
expresión en En las orillas del Sar.


Duque de Rivas (1791-1865)


Ministro,embajador, senador y Director de la Real Academia Española, Don ángel Saavedra, duque de Rivas, pasa a la historia de la literatura por su drama, desbordante de romanticismo, Don Álvaro o la fuerza del sino. En el teatro Príncipe de Madrid, la noche
del 22 de marzo de 1835, se estrenó: la mezcla de verso y prosa, de costumbrismo y radical apasionamiento de sus escenas provocaron un verdadero escándalo.
Fue el duque de Rivas también autor de una serie de Romances históricos inspirados en
las leyendas y tradiciones del Romancero.


José Zorrilla (1817-1893)


Aunque es autor de leyendas,poesías y obras teatrales como El zapatero y el rey, 
o Traidor,inconfeso y mártil, a este autor vallisoletato (de Valladolid) siempre lo 
asociamos con Don Juan Tenorio, drama romántico que continúa representándose
en los escenarios actuales. Su dinamismo dramático y la fuerza de sus personajes,
tanto del desaprensivo don Juan como  de la idealizada monja doña Inés, sigue
llenando teatros.











































































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